El Niño que se "priva"
¿Qué son los espasmos del sollozo?
Los niños, por lo general, lloran con facilidad y suelen acompañar el llanto
con sollozos, o sea, movimientos del cuerpo y respiraciones ruidosas. Pues
bien, en algunos niños, al llorar o sollozar, a veces también ante un susto o
una sorpresa, se produce un cese momentáneo de la respiración que puede
provocar un cambio en la coloración de la piel (pálida o azulada), pérdida de
conciencia e, incluso, movimientos convulsivos (sacudidas de brazos y
piernas). Se suele decir que el niño se ha privado.
A pesar de lo aparatoso del cuadro, la respiración se reanuda de manera
espontánea al cabo de unos segundos (habitualmente menos de 1 minuto)
sin necesidad de llevar a cabo ningún tipo de maniobra y el niño se
recupera completamente en unos instantes. Los padres tardan algo más :-).
Le ocurre a un 5 % de todos los niños sanos y suele aparecer por primera
vez entre los 6 y 18 meses y desaparecer antes de los 7 años de edad.
¿Por qué se producen?
No se conoce la causa, aunque se sabe que puede influir la herencia, porque
sucede con una frecuencia mucho mayor cuando lo ha sufrido algún otro
miembro de la familia (35 % de los niños).
La frecuencia en que se producen es muy variable: hay niños que tienen
espasmos del llanto varias veces al día y otros en los que se presentan de
manera ocasional.
¿Pueden tener alguna consecuencia para el niño?
Los espasmos no producen ningún daño inmediato ni tardío al niño.
Tampoco tienen relación con la muerte súbita del lactante.
¿Qué hay que hacer ante un espasmo del sollozo?
Lo más importante es mantener la calma. Algo fácil de decir pero difícil de
llevar a cabo. Conviene recordar que tienen una naturaleza benigna y que
se resuelven sin complicaciones en unos segundos, por lo que no habrá que
llevar a cabo ninguna maniobra de resucitación o de otro tipo que podría
conllevar, por sí misma, un riesgo mayor de lesiones. Es recomendable
situar al niño en la postura de decúbito supino (tumbado boca arriba) para
favorecer el flujo cerebral y prevenir accidentes. Debe mantenerse la calma
en todo momento, evitando golpear, gritar o zarandear al niño.
Al cesar el episodio es recomendable adoptar una actitud neutra sin mostrar
preocupación o enfado delante del niño -o sea, "llevar la procesión por
dentro"-, y sin que éste perciba ninguna ventaja por haberlo
experimentado. En estos niños es especialmente importante establecer unas
normas de conducta claras y coherentes, dado que, una vez que conocen
sus límites, las situaciones de frustración que podrían conducir a crisis de
llanto y espasmos de sollozo se reducen, como ocurre con las rabietas.
Todas las personas que se ocupan del cuidado del niño deben estar
advertidas de que el niño puede tener espasmos del sollozo y deben
procurar comportarse con la misma calma que los padres.
¿Se pueden prevenir?
En principio, tienen un carácter involuntario, el niño no lo hace a propósito,
pero cabe la posibilidad de que algunos niños aprendan a utilizarlo para
llamar la atención o conseguir algún beneficio, lo que habrá que tener en
cuenta especialmente en aquellos niños en los que se repite con mucha
frecuencia, para asegurarnos de que, con su actitud, no obtienen ninguna
recompensa.
¿Cuándo se debe consultar?
Si los padres están preocupados por estos episodios, quieren confirmar que
son espasmos del sollozo o necesitan apoyo, puede ser conveniente
consultar. También si aparecen antes de los 6 meses, después de los 7 años
o si son muy frecuentes, puede ser aconsejable que el pediatra examine al niño